jueves, 11 de noviembre de 2010

Próximas actividades en la Feria Internacional del libro del Palacio de Minería de la ciudad de México 2011



-Jueves 24 de febrero de 18:00 a 18:45 hrs. Presentación de libro. Venus y las moscas, de Gerardo Miranda. Con Mario Meléndez. SALÓN RAFAEL XIMENO Y PLANES.
-Viernes 25 de febrero de 16:00 a 16:45 hrs. Lectura de poesía. Primer encuentro de poesía femenina (1965-1990). Con Julieta Gamboa, Adriana Tafoya y Alicia Quiñónez. Modera: Gerardo Miranda. SALÓN EL CABALLITO.
-Jueves 3 de marzo de 17:00 a 17:45 hrs. Presentación de libro. 34 episodios de piscis, de Hugo de Mendoza. Con Gerardo Miranda y el autor. Modera: Mario Meléndez. SALÓN RAFAEL XIMENO Y PLANES.

martes, 21 de septiembre de 2010

miércoles, 25 de agosto de 2010

Selecciòn de Venus & las Moscas (el golem ediciones, Mèxico 2010)


                                        (selecciòn de mi libro recién sacadito de la imprenta)


canto incompleto de una lengua minusválida (la persistencia de lo sonoro)

la reivindicación
de un ángel caído
es posible sólo desde el suelo
aún si ese ángel recorre la acera de memoria
y su lengua borrada atraviesa
cada uno de los destinos imaginados
por su padre

y entonces como si el olor de lo descompuesto
sucumbiera en lo alto de la cima
las palabras se restriegan en una mente
un tanto incomprensible
que aparta de sí misma rabia
rencor
y el absoluto

brindo por los hombres sin espaldas
por las mujeres sin memoria
brindo por los ciegos
por los muros astillados
y las plataformas incendiadas
asimismo
brindo por los que han visto
la lengua de un erizo
y les ruego
que me regalen sus ojos

si esa lengua es igual de tersa
al conjunto todo de su piel
pido disculpas por arrancarla
con mis dedos
como hice con la mía

la lengua tumefacta de un hombre
es el color de su memoria
el rostro amoratado de sus manos
es el color de su presente
y su lengua absorbe desde siempre
las gotas de su vida evaporada





seis instantes en la vida de un pirómano


recuerdas padre
cuando incendié tu cama
y por causas que aún no entiendo
erré al incendiar la casa entera

cuando sentado
frente a la estufa
acercaba cuerpecitos
ensartados en alambre
hasta que el plástico derretido
me quemaba la piel

no eran suficientes
los juegos pirotécnicos
ni las fogatas en el jardín

recuerdas
nuestros rostros quemados
por una flama venida de lejos
algo encendido
en el fondo de nuestras voces
que nos rasgó la garganta
de igual manera
fundiendo nuestros huesos y sueños
llenándonos de flamas
y del humo que detestas

recuerdas padre
cómo era nuestra vida antes del incendio
el instante cuyas flamas
no apagaron mis orines

la lumbre brotando de los ojos
como las flamas más intensas
de la noche
que se encierra entre las manos

ardamos pues dijiste
ardamos desde dentro
en un altar absurdo
ardamos por nuestros pecados
que arda nuestra casa
y que los recuerdos
nos consuman lento
como la lumbre de un cerillo

que una flama venida de lejos
arrase nuestras huellas
y deje lampiños nuestros cuerpos
y el calor insoportable
arrase nuestras llagas
y nuestras escamas sufran el ardor
de los quemados

que la lumbre más intensa nos cocine
las entrañas
y nuestra vida
padre
ensartada en alambre
nos queme poco a poco la piel





al buen samaritano


tanto va el cántaro al agua dicen
que acaba por convertirse en agua
luego
el agua convertida en lodo
moldea al hombre a su antojo
y el agua derramada por los ojos
se evapora por la lengua
y se riega por el culo
y el hombre antes agua
(si es que lo fue algún día)
regresa convertido en polvo
y se pierde en la ventisca




canto de holofernes a judith posterior al desprendimiento (forzado) de su cabeza

un hombre no debería
necesitar una armadura
para dormir tranquilamente
junto a la mujer que ama
la fecha
para observar el reflejo de una mujer
de carne blanda
es la primicia que nos desplaza
al descubrirnos desnudos

dos son los ojos que dejan de mirar
y se pudren
al tiempo que la marca de la ausencia
deja un temblorcito al ras del cuerpo

la visión perdida de una hembra
destruye
como construye su aliento cercano
después del coito
y no sólo son necesarios los ojos
para dejar de mirarla
es necesario desprenderse
de su aroma impregnado
y de su imagen última
clavada en la retina

cuando el término dantesco
no es la analogía de
los nueve círculos del infierno
si no la descripción un rostro
ante la pérdida
de su beatriz
dos son los ojos que miran
y tocan un reflejo

dos son las manos en una silueta frágil
en la noche de la frontera prometida
lámina de calor y odio
el juego de los instantes y la gallina ciega

dos son los cuerpos que se separan
y se unen al ritmo de la danza más abrupta
dos son los ojos que se juntan y estallan
y dos las manos que retuercen un pescuezo

uno es el instante que envuelve el calor
de las semillas y la bruma de los labios
cuando el actor más improvisado
termina acariciando
con su lengua
las palabras más obscenas

el aroma de una hembra
resuena en los oídos
y los muros más endebles
terminan por aplastarnos
y cortarnos la cabeza

 
 
 
églogas abordo de un grand marquiz 89

me he esforzado los últimos años
en borrar el rostro de un caballo
bajo las llantas carablanca
de un marquiz 89

el parabrisas estrellado
la sangre del toldo
el aroma del mezcal
y el sudor de las montañas

no me hables de los pájaros
ni del viento
ni de los ríos
ni de los ojos que jamás cicatrizan

he olvidado mi cuerpo de mosca
y tu cuerpo de mosca
que vuelan alrededor
de las ventanas cerradas
adivinando a tientas el origen de la luz

metí mi lengua
en tu cara blanca
sin confiar en el simple
abrazo de los huesos
y vi tu cara blanca
transformarse en una mancha

las últimas caricias están a mi nombre
y nuestros deseos
sólo son palabras anfibias
en el lodo de mis labios
atravesando un camino
asfaltado con saliva

me he esforzado los últimos años
en borrar el recuerdo de tu cuerpo
abordo de un marquiz 89

bajo la cara blanca de una luna
violada




un hombre que camina deja tras de sí carne hueso y tegumentos en la acera (mi rostro tras el photoshop)

caín plantó una bandera en el culo de la tierra
cuando la sangre de su hermano
brotó como una fuente de su cabeza
eva lanzó besos a sus hijos muertos
desde la colina más alejada de la tierra
donde la noche es la puta de los locos
y los ángeles mueren electrocutados
donde cada escalera roja
guarda una letra en sus peldaños
y cada prostituta negra blanca o transparente
cubre cada uno de sus pechos con una lentejuela

una máscara de porcelana
rompe su estructura al ser tocada por el suelo
sin tomar en cuenta que la muerte
se calza los zapatos de un hombre al dejar su carne viva

cuando cada hombre y cada mujer
tiene un doble al cual responden
y cada doble responde únicamente
a su instante perpetuo tras la mirada de su dueño
mi doble y yo solemos mirarnos a los ojos
los cuales tenemos inmensamente abiertos
e inmensamente redondos
más grandes que los güevos como nos dijeron alguna vez

pero los ojos tienden a cerrarse
y lo verdaderamente deleznable
es el hombre tras el espejo que me grita por mi nombre
cabrón bastardo hijoputa chingatumadre

la barbarie escoge como síntoma primero el desencanto
y está escrito en el dorso de nuestra mano
que el destino no tiene nombre
y nuestro nombre carece de destino
escrito en todos y cada uno de mis ojos
que la ingestión indiscriminada de la carne
merma inevitablemente cualquier rastro del origen

cuando los ángeles juegan a recoger niños muertos
en el ensueño y la vigilia
los fantasmas mantienen viva su memoria
sobre la letra final
del libro aún no escrito
que vuela y se incrusta en la frente
como la saliva de un extraño
quien recita en oraciones sus fantasías ocultas




sábado, 31 de julio de 2010

Michel Houllebecq El chico malo de la literatura francesa

                                                                 


El pasado 26 de noviembre de 2009, tuve la oportunidad de escuchar y ver de cerca a Michael Houllebeq el llamado “Niño terrible de la literatura francesa” aunque para ser franco, ese apelativo, dista mucho del arquetipo de salvajismo y rebeldía desenfadada que podría evocar.

Acompañado del músico Alonso Arreola, Houllebecq recitó poemas y fragmentos de sus novelas mientras el bajista improvisaba piezas que, mezcladas con los furiosos textos del escritor, convirtieron el entorno en poco menos que un concierto, pero mucho más que un simple recital.

Originario de Saint Pierre, Isla de Reunión, Houllebecq es considerado in hito dentro de la literatura europea actual, es decir, un escritor al que el tiempo le ha hecho justicia y la posteridad se encargará aún de juzgar.
Su obra en conjunto no es lo que podría llamarse una literatura de fácil acceso, se le ha tildado de misógino, obscuro, xenófobo, y ultraderechista; apelativos que no ha intentado aclarar del todo, sin embargo, a pesar de la fama que lo precede, su obra extrañamente se ha convertido en una de las más leídas y comentadas en la Europa en los años recientes.

Aquella noche, el exterior de La Casa del Lago lucía repleto. Todos los asientos estaban ocupados e incluso a pesar del intenso frío la plataforma acondicionada para el evento estaba rodeada de ávidos escuchas del “Niño terrible“.

Con una timidez casi patológica y el cuerpo encorvado, Houllebecq comenzó el recital mientras a sus espaldas se proyectaban las traducciones de sus textos, que por desgracia, en más de una ocasión no concordaban con los leídos.
Por poco más de una hora (según mi memoria) Houllebecq mantuvo pendiente al respetable prendido de sus asientos , mientras con su voz grave recitaba el repertorio permitiéndose en algunos instantes, tomar un trago de agua, y en otras tantas dar una bocanada de humo, o esbozar unos disimulados pasos de baile al compás del las cuerdas - para ese entonces la timidez se había esfumado-.

Michel Houellebecq se dio a conocer en el medio literario europeo a través de cinco novelas, sin embargo, antes de convertirse en una “estrella literaria” publicó cuatro poemarios (disponibles en México con los títulos de Renacimiento y Supervivencia editados por la editorial española Acuarela y Antonio Machado Libros) en los cuales el preámbulo a la crudeza de sus obras novelísticas se muestra a tope.

Es de llamar la atención el uso de la métrica y la poesía clásica para tratar temas de actualidad, con una visión particular e implacable de su entorno, aunque por desgracia el sentido de la musicalidad se pierde debido a la traducción, pero  sin lugar a dudas, gracias a que en su mayoría los textos son de corte anecdótico, el foco central del tema permanece casi inalterable.

Al terminar su set, Houllebecq en un castellano memorizado, se despidió por el micrófono: “Muchas gracias” para ser correspondido con un efusivo aplauso de los presentes, de entre los cuales, muchos trataron de acercarse al entarimado en busca de un autógrafo que nunca se plasmó después que Houllebecq saliera escoltado por un grueso equipo de seguridad que no opacó en absoluto la velada.


 Sus obras y opiniones, muy críticas con el pensamiento políticamente correcto lo han situado en la mira, por si fueran pocos los reproches, debido a algún pasaje de Plataforma donde aparece el tema del terrorismo islamista, se le sumó el apelativo de "islamófobo", debido también a la declaración en la revista literaria Lire, publicada en septiembre de 2001, en la que afirmó que «la religión más idiota del mundo es el Islam» y que «cuando lees el Corán se te cae el alma a los pies».

Houllebecq se sitúa en el peligroso juego de la irreverencia. Desde sus primeras publicaciones, la polémica lo ha seguido al igual que sus detractores entre los cuales algunos afirman que su éxito es una simple llamarada pasajera.

La decadencia total y la deshumanización del hombre como leitmotiv de su obra, acarrean más de una mueca en el mundo literario, no así en el Marketing que gira alrededor de su figura como niño terrible, de la que probablemente, no sea tan inconsciente, provocando así,  el juego idóneo entre el escritor maldito y la estrella literaria.


NACIMIENTO ACUÀTICO DE UN HOMBRE


Primero está ese acto que bien se ha de calificar de carnal
A falta de un término mejor
Acto en el que, sin embargo, comprometemos buena parte de
nuestros recursos espirituales
Y de nuestras creencias
Dado que nosotros creamos las condiciones, no solamente para un
ser, sino también para el mundo, de un nuevo nacimiento,
Nosotros fijamos su inicio y tal vez su término.

Luego está esa especie de ser animal
Que resulta muy difícil relacionar con la mujer
Tal y como la conocemos
Me refiero a la mujer de nuestros días,
Esa que coge el metro
Y que no es capaz ya de amor alguno.

Està ese gesto del beso que remonta de forma tan natural hasta los
labios y las manos
Ante el objeto arrugado que sale
Que estaba protegido todavía hace unos instantes
Que acaba de caer brutalmente en dirección a lo humano
De forma irremediable
Y lloramos, también nosotros, esa caída.

Está esa especie de creencia en un mundo liberado del mal
Y de los gritos, y del sufrimiento,
Un mundo en el que encarar el horror del nacimiento
Como un acto amistoso
Me refiero a un mundo donde se pueda vivir
Desde el primer instante
Y hasta el fin, hasta el término natural;
Tal mundo no está en ningún caso descrito en nuestros libros.

Existe en potencia.




EL LARGO CAMINO A CLIFDEN


Al oeste del Clifden, promontorio
Allá donde el cielo se convierte en agua
Allá donde el agua se convierte en memoria
Justo a orillas de un mundo nuevo

A lo largo de las orillas de Clifden
De las verdes colinas de Clifden
Yo iré a depositar mi pena.

Para aceptar la muerte hace falta
Que la muerte se convierta en luz
Que la luz se convierta en agua
Y que el agua se convierta en memoria

El oeste de la humanidad entera
Se encuentra en el camino de Clifden
En el largo camino a Clifden
Donde el hombre viene a dejar su pena
Entre las olas y la luz.


          
                *

Hablemos de heno y fetos
Las vacas , a veces , se ponen nerviosas
Y bajo las marquesinas de autobús
Se ahonda su mirar dolorido.

Yo admiro enormemente a las vacas
Pero , de noche, es de las potrancas de quien me acuerdo.
Me hubiese encantado ser un Apache,
Pero trabajo en la Dèfense

Si conocéis la torre GAN
Ya conocéis mi existencia;
Observad la forma de mi cráneo,
Imaginaos experiencias.

Me hubiese encantado una pradera
Inmensa y gris bajo el viento
Me hubiese encantado una patria,
Algo que fuese fuerte y grande.

Las potrancas avanzan y retroceden,
Su comportamiento es prudente
Los comerciales son unos crápulas,
Pero sonríen con todos sus dientes.

                   

                          *

Cuando percibía mi presencia , tensaba la pelvis
Y decía irónica: ¡Qué amable ha sido viniendo…!
Yo echaba un vistazo a la curva de sus pechos
Y entonces me iba. Mi escritorio estaba desnudo.

Cada viernes yo tiraba documentos
Para reencontrar los lunes un despacho idéntico
Y me encantaba. Ella era patética,
Era una secretaria de carnes averiadas.

Vivía vagamente muy cerca de Cheptainville
Con un hijo pelirrojo, cintas de video
No conocía los rumores de la ciudad
Y los sábados por la noche alquilaba películas porno.

Mecanografiaba el correo y me gustaba su cara,
Tanto se esforzaba por ser buena empleada
Tenía treinta y cinco años, tal vez cincuenta,
Ella iba hacía la muerte y no tenía edad.



EL INSOPORTABLE RETORNO DE LAS MINIFALDAS


En el metro, las mujeres jóvenes
Circulan en un ambiente de drama
En el mes de mayo, tan deseables,
He salido sin mi maletín.

¿Ocasión de “aventuras sexuales”?
¿Sabios juegos de seducción?
Mis jornadas son netamente reales,
Accedo a la estupefacción.

El infinito de vagones plomizos
De la línea 8 (Balard-Crèteil);
Al día siguiente me caí era un día de sol.

Se inauguraba la primavera
A base de falditas enloquecedoras
Ya no me quedaba mucho tiempo

(Y sentía mi carne viva).



ESTANCIA-CLUB


El poeta es aquel que se embadurna de aceite
Antes de haber usado las máscaras de supervivencia
Ayer por la tarde el mundo era dócil,
Soplaba una brisa sobre las radiantes palmeras

Y yo estaba a la vez en otra parte y en el espacio,
Conocía el Sur y las tres direcciones
En el cielo empobrecido se dibujaban estelas,
Me imaginaba a laos ejecutivos sentados en sus aviones

Y los pelos de sus piernas, muy similares a los míos
Y sus valores morales, y sus amantes hindúes
El poeta es aquel, casi igual a nosotros, que menea la cola en compañía de los perros.

Me habría podido pasar tres años junto la piscina
Sin llegar a distinguir el cuerpo de los veraneantes,
La agitación de los cuerpos atraviesa mi retina
Sin despertar en mí ningún vivo deseo.











martes, 4 de mayo de 2010

Eros Alesi

Eros Alesi

Tenía diecisiete años cuando por casualidad llegó a mis manos el libro de Alesi: “Mamá Morfina”.
Por aquel tiempo mi afinidad con la poesía era ciertamente limitada, y para ser sincero la adquisición fue más un impulso marcado por lo llamativo de la portada y el título, que por el contenido.
Mi nueva posesión pasó a formar parte de los libros en reserva de mi biblioteca, es decir, todos aquellos libros que por alguna causa uno no sabe por que adquiere, pero que algún día espera leer.
Unos años después al revisar el prólogo de Guillermo Fernández (el traductor) lo primero que saltó a la vista fue la fecha de la muerte del poeta: 1971. Eros Alesi se suicidó a los veinte años (justamente la edad que yo tenía cuando leí sus poemas por vez primera)
Originario de Ciampino (Lazio) Italia, se suicida en Roma en 1971. Adicto a la morfina y a otras drogas, Alesi  forma parte de la enorme lista de escritores que decidieron poner fin a su vida.
Los escasos poemas que de él se conocen fueron publicados hasta 1973, dos años después de su muerte.
Mamá Morfina es un libro breve. Un puñado de poemas con un lenguaje brutal, cotidiano, pero sumamente lúcido que en ningún momento pierde el sentido poético,donde las metáforas, el lenguaje violento y certero conducen al lector por la ruta de Eros y su indubitable coqueteo con Tánatos, la adjetivación cumple su cometido primario y brinda a los textos una fuerza que los hace fluir sin coerción alguna.
Eros Alesi es un personaje límite, a quien la náusea y el peso de la realidad obligaron a tomar una ruta  que lo separó de la crudeza que le rodeaba.
Su poesía nos sumerge en un abismo y nos hace voluntaria o involuntariamente partícipes de él.
Mamá Morfina es un libro imprescindible en cualquier biblioteca, su lectura es obligada sobre todo si se ronda la edad de Alesi al escribirlo.


  Papá (Caro Papà)


Tú que estás ahora en las pasturas celestes, en las pasturas terrenas, en las pasturas marinas.
Tú que estás ahora en las pasturas humanas. Tú que vibras en el aire. Tú que aún amas a tu hijo Alesi Eros.
Tú que has llorado por tu hijo. Tú que sigues su vida con tus vibraciones pasadas y presentes.
Tú que eres amado por tu hijo. Tú el único que estaba con él. Tú a quien llaman muerto, ceniza, inmundicia.
Tú que eres mi sombra protectora.
Tú a quien amo en este momento y siento más cercano que cualquier cosa.
Tú que eres y serás la fotocopia de mi vida.

Que tenía 6-7 años cuando te veía Hermoso-fuerte-orgulloso-seguro-arrogante., respetado y temido por los demás, que tenía 10-11 años cuando te miraba violento, ausente, malo, que te veía como a un ogro,
que te consideraba un Bastardo porque golpeabas a mi mamá.
que tenía 13-14 años cuando yo veía que veías perder tu papel.
que yo veía que veías el surgimiento de mi nuevo papel, del nuevo papel de mi madre.
que tenía 15 años y medio cuando yo veía que veías los litros de vino y las botellas de coñac que aumentaban espantosamente.

que yo veía que veías que tus miradas ya no eran hermosas-fuertes.- orgullosas, fieras respetadas y temidas por los demás.
que yo veía que veías alejarse a mi madre, que yo veía que veías el inicio de un normal dramático desmoronamiento.
que yo veía que veías los litros de vino y las botellas de coñac aumentando considerablemente.
que tenía 15 años y medio viendo que veías que yo escapaba de casa, que mi madre escapaba de casa.
que tú querías representar al Duro
que no tuviste a ninguno
Que te quedaste solo en una cosa con dos cuartos más servicios.
que los litros de vino y las botellas de coñac siguieron aumentando
que un día, que el día, en el cual viniste a sacarme de los separos secretos de Milán, vi que te vacías solo. que tú querías a tu mujer o a tu hijo o a los dos en aquellos cuartos más servicios. que he visto que veías que estabas dispuesto a todo con tal de recuperarnos.
que he visto que has visto tu mano tendida en señal de paz, de armisticio.
que he visto que has visto sobre tu mano un esputo.
que he visto que has visto tus ojos lagrimeando soledad incrustada de sangre masoquista, punitiva.
que he visto que has visto el deseo de querer castigar tu vida.
que supe que sabías que tu hijo era un drogadicto, que tu mujer esperaba un hijo de otro hombre (hijo que a ti no te quiso dar)
que ahora ves que veo que el primero eres tú. que juegas baraja con el descarte, haciéndote el descartado.
Pero jugando, igualmente. que ahora ves que veo que te adoro, que te amo desde lo más profundo del ser.
que ahora ves que yo veo que mi madre se lamenta. ALESI FELICE PADRE DE ALESI EROS
que ves que yo veo que he huido una vez más hacia la soledad.
que tú ves que yo veo sólo una gran, grandísima negrura, la misma negrura que yo veía que tú veías.
que seguirás mirando lo que veo.

                                                        
  Yo tenìa 14 años


Yo tenía 14 años cuando la sangre de mi ser se convirtió en un hueso caliente.
Tenía 14 años cuando la sangre de mi gusano se convirtió en un hueso caliente.
Y se encorvó, como hocico de caballo trotante, sobre los rizos de dos labios que chupaban la simiente vital.
Tres cruces y un fraile sin barba, en la tierra que bebe la sangre de dios/Amor por la situación nacida/Que las ondas vibrantes desgarran las tinieblas y le espesa densidad nebulosa de mis verdades.
Y el gran rechazo del sudario escarlata de la muerte, Que lloro sobre un cuaderno encontrado en las grutas del Pinicio.
Hierba verde sombreante y fresca.
Que el gran mar del relajamiento.
Que Roma.
Que los goterones y el vientecillo atlántico del 6 de marzo de 1970.
Que color de onda propia a los grandes sonidos que el vientecillo del 6 de marzo cubre, con la arena de la indiferencia oportunamente situacional, las masacres, los estragos de mis verdades.
Después de cuanta sangre coagulada tendré que acumular mi credo en la máquina destructo-creativa del espacio.



Querida, dulce, buena…


Querida, dulce, buena, humana, social mamá morfina. Que tú, solamente tú, dulcísima mamá morfina, me has querido, como yo quería. Me has amado totalmente.
Yo soy el fruto de tu sangre. Que sólo tú has logrado que me sienta seguro.
Que tù has logrado darme el cuantitativo de felicidad indispensable para sobrevivir.
Que me has dado una casa, un hotel, un puente, un tren, un portón, y los he aceptado; que me has dado todo el universo amigo.
Que me has dado un rol social, que pide y da.
Que a mis 15 años acepté vivir como ser humano “hombre”, sólo porque estabas tú, que te ofreciste a crearme por segunda vez. Que me enseñaste a dar los primeros pasos. Que aprendí a decir las primeras palabras.
Que sentí los primeros sufrimientos de la vida.
Que experimenté los primeros placeres de la nueva vida.
Que he aprendido a vivir como siempre soñé vivir
Que he aprendido a vivir bajo los innumerables cuidados y atenciones de mamà morfina.
Que jamás podré renegar de mi pasado con mamá morfina.
Que tanto me ha dado.
Que me ha salvado del suicidio de la locura que casi habían destruido mi salvavidas.
Que hoy 22-XII-1970, que aún puedo gritarle a los demás y a mí mismo, a todo lo que es fuerza noble, que nada ni nadie me ha dado tanto como mi benefactora, protectora mamá morfina.
Que tú eres infinito amor, infinita bondad. Que yo sólo te dejaré cuando esté maduro para la muerte amiga o cuando esté tan seguro de mis fuerzas para lograr estar en pie sin las potentes vitaminas de mamá morfina.

Eros Alesi. Mamá Morfina
Ed. Bonobos 2003
Traductor: Guillermo Fernández


                   

sábado, 1 de mayo de 2010


Las palabras son nuestra arma
Decálogo más uno, para escritores principiantes (Juan Carlos Onetti)


I. No busquen ser originales. El ser distinto es inevitable cuando uno no se preocupa de serlo.
II. No intenten deslumbrar al burgués. Ya no resulta. Éste sólo se asusta cuando le amenazan el bolsillo.
III. No traten de complicar al lector, ni buscar ni reclamar su ayuda.
IV. No escriban jamás pensando en la crítica, en los amigos o parientes, en la dulce novia o esposa. Ni siquiera en el lector hipotético.
V. No sacrifiquen la sinceridad literaria a nada. Ni a la política ni al triunfo. Escriban siempre para ese otro, silencioso e implacable, que llevamos dentro y no es posible engañar.
VI. No sigan modas, abjuren del maestro sagrado antes del tercer canto del gallo.
VII. No se limiten a leer los libros ya consagrados. Proust y Joyce fueron despreciados cuando asomaron la nariz, hoy son genios.
VIII. No olviden la frase, justamente famosa: 2 más dos son cuatro; pero ¿y si fueran 5?
IX. No desdeñen temas con extraña narrativa, cualquiera sea su origen. Roben si es necesario.
X. Mientan siempre.
XI. No olviden que Hemingway escribió: "Incluso di lecturas de los trozos ya listos de mi novela, que viene a ser lo más bajo en que un escritor puede caer."