Ahora naces poeta (Antonio Cisneros)
[…] Hay poetas que han sido muy cultos y otros
que tuvieron poca formación académica. Hay quienes se han dedicado a la
enseñanza universitaria, como Pedro Salinas o Jorge Guillén, y otros que se la
pasaron de cantina en cantina, como Martín Adán. Hay quienes no trabajaron en
toda su vida y los mantenía su mujer, como Vallejo, y otros que fueron
banqueros importantes, como Stevens, dueño de la compañía de seguros
más grande de Chicago. Otros que fueron médicos como William Carlos
Willliams, o diplomáticos, como Octavio Paz o Saint John – Perse, o hasta
aventureros, como Rimbaud. Lo que sí puedo decir con certeza es que, sea
mediante una formación académica o no, el poeta tiene que ser culto,
tiene que conocer su oficio. No existe poeta que se haga sólo con base en
buenas intenciones y desconociendo la tradición. Tienes que conocer lo que se
ha escrito para no volver a inventar la pólvora, tienes que dominar la técnica.
Al fin y al cabo la poesía, no es más que una forma de decir las cosas,
para que el que te lea diga: “!Carajo, yo quería decir esto, pero no sabía
cómo!”; y eso no lo vas a lograr si no lo aprendes con alguien que sepa más que
tú o si no lees con atención. Y todo esto para qué, si no es para aspirar a ser
un poeta de verdad. Ahí tienes a Eugeren, que inventa todo un universo sin
salir de su casa de Barranco donde vivía con sus dos hermanas; o a Perse, que
también tiene un universo riquísimo, basado en el Caribe francés. Lo importante
es que escribas para dar un testimonio artístico de lo que vivas. Pero eso sí:
el poeta nace. Nada de “diez por ciento de inspiración y noventa por ciento de
transpiración”, esa frase se repetía mucho en la década de 1960, en tiempos del
“positivismo” marxista. Hoy sabemos que existe un elemento genético. Ahora
naces poeta. Pero sin o te haces de una técnica para desarrollar ese elemento,
el poeta nunca aparecerá.
Tomado
de la Revista Alforja, no. 35, México,2005.
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